domingo, 19 de diciembre de 2021

El día que murió Big.

Hace una semana exactamente, una influencer me obligó a pagar ocho euros para darme de alta en HBO y ver la nueva temporada de "Sexo en Nueva York", el contenido de esta chica era una foto de Carrie y Big cayéndose al agua, y un gran texto de acompañamiento. Suena irónico ya que yo en esta entrada estoy haciendo algo parecido. Así pues, el día que murió Big me pillaba en chándal, desaliñada y con el corazón un poco en calma. Después de ver los zapatos de la boda mojándose en la ducha y a Carrie abrazando al amor de su vida mientras moría, lo comprendí. Hay historias que merecen terminar de una manera trágica por muy bonitas que hayan sido. Por eso Carrie no llamó al 911 y la productora tampoco contemplo esa opción. Por mucho que nos duela es así, el final es inevitable, amargo, rápido y yo diría que hasta cruel en algunas ocasiones. Duele ver como no vas a volver a ese apartamento en el que no se espera nada de ti, porque todo gira alrededor de vosotros, duele ver que ya no vais a compartir canciones de música cubana mientras cocináis porque tenía que acabarse, y aquí que cada persona dé su justificación propia. Duele ver como una historia tan inocente torna a fin y nada más. Y es que hasta los amores de película tienen que acabar si esa historia no ha sido sana. Hay mucha gente que se respalda en el tipo de finales que le dan a sus relaciones, y les gratifica pensar que sacar una bandera blanca, firmar un alto al fuego en vez de librar una batalla y partir en direcciones opuestas alivia sin embargo esto también abre grietas en el alma. Porque también duele ponerse al día con la que en algún momento, fue la persona más importante y ver sus planes de futuro. Un perro y una casa que se van llenar de recuerdos nuevos y no van a ser contigo. Por mucho que pase el tiempo, este sabor de boca tiende a ser agridulce. Al final siempre acabamos preguntándonos la maravillosa pregunta de "¿Por qué con x sí y conmigo no?". Carrie y Big en esa maravillosa escena  y en los siguientes episodios me dieron la respuesta. Porque por mucho que queramos y empeño que podamos, cuando alguien no es para ti, la vida siempre encuentra la manera de mostrártelo. 

martes, 28 de septiembre de 2021

Apeirofobia

 

Por mucho que queramos remediarlo, hay momentos en la vida que nos acompañan siempre. La primera vez en una consulta donde no querías estar, una pérdida, el día que nació tu hermano, el primer suspenso de un examen importante, el primer amor o la primera vez donde empezó todo, aquí cada sabrá si esta última frase produce miedo o alegría. No vengo a enumeraros todos los recuerdos que llevo a las espaldas, ni por qué.  Vengo a hablaros de la manera que tienen de irrumpir en nuestra vida cuando menos lo esperamos. A altas horas de la noche emergiendo como los monstruos debajo de la cama, de acompañantes en viajes de carretera o simplemente cuando miras a alguien a los ojos. Y entonces es ahí donde esa pequeña parte de ti se estremece. Yo sigo anclada en aquel aeropuerto antes de dejar un país y una vida que no quería dejar de ninguna manera. Sigo en ese lugar debatiéndome entre dos terminales y sigo así hasta ahora. Pero siempre hay opción de tomar un camino alternativo a todo esto. O al menos eso pienso mientras vuelvo al mundo real con un café en la mano.

viernes, 9 de abril de 2021

A todas las mujeres

 A todas las mujeres que puedan estar leyendo esto. Tal vez el título de este texto haya captado la atención y vengas buscando un poco de esperanza , ya que la mayoría de los textos que empiezan por un "A cualquiera que.. ", "A quién..." o "To all the girls..". Aquellos títulos que levantan colectivos con mensajes llenos de esperanza diciendo que la vida va a cambiar en cualquier momento. Desgraciadamente no vengo a contarte cuanto ha mejorado mi vida desde que me tomé la foto en aquel baño hace dos años atrás. Era un día horrible, y aunque no fue el peor día de mi vida, quise llevar a cabo un experimento. Capturaría mi vida en un momento en el que estaba a juego con mi pelo, mi ropa, y  mis sentimientos. Un desastre. Supuse que cuando la viese dentro de mucho tiempo, me echaría reír y pensaría " qué tonta he sido" o " la de vueltas que da la vida ". Saborearía amargamente el pasado, me miraría al espejo y tendría un reflejo bastante distinto. Llevo puesto un jersey viejo de estar por casa, los pantalones del pijama y un flequillo indomable. Así que  a todas las chicas que están leyendo esto y que piensan que el fin del mundo ha llegado, ya bien sea por un fracaso profesional o porque tengan el corazón roto, y probablemente no vuelvan a ese apartamento o no vuelvan a recibir otro mensaje. No puedo garantizaros el éxito de Chiara Ferragni, ni tampoco he venido aquí a contaros que la vida sigue. Pero si a deciros que la vida fluye, y si de verdad, sentís que tenéis que mandar un mensaje de vuelta,  volver a ese apartamento aunque solo sea para destrozar las ventanas o dejar ese trabajo que no os hace felices, lo hagáis y no os vayáis a la cama con cargo de conciencia. Probablemente, yo  no esté en el punto de mi vida en el que me gustaría estar, dado a mi experimento fotográfico. Pero me he dejado varias cosas por hacer y que decir, aún no sé si tendré una segunda oportunidad, y el equipaje del "Y si" pesa demasiado. 

Por eso, a todas las mujeres que puedan leer esto, no sé si la vida os cambiará mañana, pero si esta en vuestra mando y de verdad lo sentís, actuar antes que alguien o algo lo haga por vosotras. 



martes, 18 de junio de 2019

¿Por qué ?

No me gustan las personas que necesitan ser el foco de atención. Se me antojan seres un poco raros, retorcidos y , a veces, pedantes. Aquellas a las que siempre les pasa de todo, y su vida parece ser un espectáculo cuando es totalmente todo lo contrario. Todo les pasa a ellos. Absolutamente todo. Si hubiese una abducción alienígena, ¿A quién hubiesen escogido?. Exacto. Aquella personas que fardan de la intimidad de su vida amorosa con cientos de colas de pretendientes que acaban en otro puerto. No estoy aquí para hablar de ese expediente. Sin embargo, son esas personas las que publican todo y restriegan sus logros como si ellos fuesen únicos. Claro que lo son. Como todos. Son únicos en su especie. Cuando era pequeña mi madre siempre solía decirme " ante todo intentaré que no sepa la izquierda lo que esconde la mano derecha". Por suerte no comprendí esa estrategia hasta unos años después. No me inspira confianza aquella gente que es el centro, no sé muy bien porqué, tal vez porque a mi me produce un gran satisfacción saborear mis éxitos de una manera más íntima, recibiendo las felicitaciones de la gente en vez de demandarlas. No le encuentro el fuste, puede ser que la rara sea yo, pero es que esa gente que necesita sentirse alabada, me preocupa, a parte de producirme un gran dolor de cabeza. Quizás sea porque las redes sociales hayan hecho mella, o el contraste de personalidades en esta sociedad tan dispersa, o quizás sea yo que tengo una jaqueca emocional terrible.

martes, 12 de febrero de 2019

¿Qué nos ha pasado?

Tampoco es que nos hayamos querido tanto como para ponerse a llorar ahora. El miedo. El puto miedo siempre fue nuestro tercero en discordia por el que se joden todas las relaciones, el que tiene la última palabra y te hace ser infiel contigo mismo. Por eso, ahora no vengas con eso de "tendría que haber apostado más, haber sido más valiente.." porque tu y yo sabemos que no funcionaría, que jamás habríamos sido lo que buscamos, que tenemos pánico a atarnos y a los "te quiero" que salen del pecho, de una manera u otra nos habríamos hecho daño sin querer y sin motivo. El corazón nos habría jugado una mala pasada, y créeme si te digo que no habríamos tenido las ganas y el valor de soportarlo. Asumamos que no servimos para eso de demostrar más amor por el otro que por nosotros mismos. Que la vida nos ha acorralado en el montón de los "sin compromiso" antes de preguntarnos que si querríamos algún día desvivirnos por alguien. A veces, siento que voy a contracorriente  y que me miran de reojo por volar de aeropuerto en aeropuerto. Nunca digas " no me gusta" si no lo has probado,  y eso me pasaba contigo. Y caí, qué pena que seas como yo, ese alma gemela que todo el mundo anda buscando ansiadamente, y de la que yo me escondo. Porque sé que nunca nos hemos querido, mejor dicho, nunca nos hemos dejado querer. Y aquí estamos, alejándonos y sin saber cuándo hay que llorar en las despedidas.

miércoles, 16 de enero de 2019

Luciérnaga.

Vamos a echarle la culpa al domingo. Las ganas, el tiempo lento, la calma rápida, las deudas del alma, el silencio. Me gustaría tener una palabra nueva  para poder decir que echo de menos, porque el término "echar de menos" me pone extremadamente triste. Algo que no me recuerde a los bosques, a su olor y a los paseos donde yo solía perderme. Algo que no me recuerde al mar o a una tarde de lluvia desde la ventana de mi habitación. Algo que no me recuerde a ti riéndote o partiendole la cara al invierno. Algún término que me haga tregua para no recordar como tarareabas aquella canción en el coche o simplemente me cantabas canciones para que siguiera riéndome, o , simplemente, como me decías "estamos perdido" ante esa ciudad tan inmensa. Que inventen otra palabra que no lleve tú nombre. Porque tú tan bosque, tan lluvia, tan música, tan olor a césped. Porque echar de menos se ha hecho sinónimo de ti . Y siento que no te echo de menos, que te echo de más.