Carreras en el pasillo a más velocidad que cualquier mundial de moto Gp con gritos de fondo "¡Cómo te pille, verás!, ¡Dame las llaves!. Aviones de papel que vuelan por la habitación a una velocidad media. Aviones de verdad que marcaban rumbo hacía mi segunda casa. Nervios. Un "YO SOY ESPAÑOL" cantado a pleno pulmón por las calles de Edimburgo, España había ganado un mundial. Escocia en todo su esplendor y sonrisas de esfuerzos. Lágrimas al otro lado de una puerta.Batallas contra un espejo que revelaba cosas que no eran verdad. Paseos en battomouse por el Sena mientras el cielo de París se vestías con sus mejores trajes grises. Disney y vueltas a la infancia en cuestión de dos atracciones montadas. Demasiados cafés derramados en mi escritorio y en mis apuntes, mientras mi futuro pendía de un hilo. Metas cumplidas.Algún que otro sueño rotos. Cervezas en plena plaza del reloj astronómico. Praga allí donde el amor naufraga en forma de acordeón. Fiestas en muchas habitaciones de un mismo hotel. Little things, WMYB, Diana coreada por 10.000 personas en el Calderón el 10 de Julio.Cartas de aceptación en aquella carrera que amo tanto. Despedida y bienvenidas.Una enfermera en apuros como compañera de habitación. Mi segunda casa y todo lo que ella conlleva dentro: fiestas, llantos, suspiros, rezos. Palabras nunca dichas. Amor en vena y besos en aquella esquina un frío diciembre. Escapas de puntillas a Sevilla y a Madrid. Bamboleos cantados a pleno pulmón porque nos habían dado Ginebra del bueno. "No voy a volver a beber cada fin de semana" y pillarte una más grande al siguiente, de esas de las que no recuerdas nada. Desconocidos poco conocidos una noche. Desintoxicaciones. Carreras con tacones. Desmontes sorpresas en habitaciones de novatos. Miles de frases tontas de las semanas. Sweet Caroline por todo el pasillo de la residencia. Batallas de comida. Sonrisas y lágrimas. Montañas rusas, parques de atracciones, robos piadosos, fiestas sorpresas y muchas promesas. Susurros en la inmensidad de la noche. Conciertos sorpresas. La zahora y todo lo que conllevaba pasar un finde allí. Mamá por detrás haciendo de conciencia. Tú una y otra vez elevado al cuadrado. Gente que se va. Cervezas a destiempo, cafés acuosos y cenas a altas horas de la madrugada. Pereza de fondo.
Esto es lo que soy, recuerdos que nunca podrán arrebatarme.
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