Y hoy no es un buen día para ir de entierro.
jueves, 5 de noviembre de 2015
No sé ni cómo empezar esta entrada, llevo un rato escribiendo, y borrando, así sucesivas veces, esperando a que la inspiración venga a mí sin que yo apenas le haya dado un toque. Y eso es lo que nos pasa, que esperamos, esperamos, esperamos.. y la vida se nos acaba yendo en un suspiro. Todavía me pregunto a que espera la gente que decide esperar, hablo de ese género en concreto que se sienta en una silla mientras su vida pasa de largo ante el como cualquier metro de Madrid en hora punta. No hay peor castigo que ese, esperar. Cuántas veces hemos esperado a que alguien deje a otro alguien, a que esa persona se nos acerque una noche, a que las cosas simplemente cambien, y que mañana cuando amanezca estés en una cuneta camino de Alicante. Mi respuesta ante tal situación es la siguiente: No podemos esperar. No lo hagas nunca, no esperes otro tren nunca más, cambia el medio de transporte, la perspectiva, el mapa, la meta, los sentimientos, cambia, y se tu el cambio que quieres ver en tu vida como andan diciendo por ahí. Cambia,ama, ama, ama todo lo que te rodea y ensancha el alma. Y si te frustra la idea de cambiar, lánzate, no hay mejor sabor en este mundo que el de la adrenalina corriendo por tus venas, lánzate antes de que sea demasiado tarde, por si no lo sabes esperar y llegar tarde son dos conceptos que van de la mano. Porque como bien me dijo G una vez " Querida, de hacer como si nada están llenos los cementerios"
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