domingo, 27 de julio de 2014

Que el aire te alborote el pelo, y  tenga cierto olor a brisa marina, que los problemas se hayan quedado del lugar donde partiste. Coger un tren o un avión. Conducir toda la noche en carretera mientras la radio emite música country, ver amanecer y que la temperatura baje por unas horas. Mirar mapas, incluido brújulas. Llamar de vez en cuando a casa para decir que no has llegado, que todavía te queda, no importa si vas a noventa o a ciento veinte por hora, no importa. No tuvo sentido mientras empaquetabas las cosas justas, pero sabías que necesitabas salir de esas cuatro paredes, organizarte, y una vez haberte despejado la mente; volver. No te estoy hablando de correr para alejarte de los problemas, estoy hablando de huir para poder enfrentarte luego a ellos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario