domingo, 10 de agosto de 2014

Me dí cuenta de que somos viajeros errantes, perdidos, abandonados a la deriva del espacio-tiempo como un pirata que posee barco, pero no mapa. Quienes nos atrevemos a buscar el amor de verdad, ese amor que le da sentido a todo, aquel que nos ayuda a evaporarnos por las noches entre los brazos de la persona que amamos, aquel que tan solo se ha visto en los libros y en las películas. Nos aferramos a la esperanza de que estos tiempos no lo han exterminado del todo, y que anda por ahí fuera, en una cafetería tomando café, tocando en su propio grupo de música esperando a componerte "vuestra canción", perdido entre calles parisinas en los confines de un "Siempre nos quedará París", en un baile antes de que el reloj toque medianoche,  en cualquier garito de huertas, haciendo surf en las playas de california o incluso que la casualidad siga su curso. Somos suicidas del amor, lo único que queremos es amor, duradero, fiel y especial. Buscamos aventuras para recordar, viajes al centro de la tierra, amaneceres después de una fiesta, pasear por amplias avenidas, reír a carcajadas, ir a bailes de fin de curso, llevar ropa elegante, vestidos con corsé y coronas. Hablo de aquella gente que lee en tardes, mañanas o noches lluviosas, que ve películas en blanco y negro ; incluso prefiere los libros de pasta con páginas amarillentas y desgastadas, esas personas que necesitan escribir para aliviar sus sentimientos y emociones. Aquellos que describimos como antisociales, raritos, aburridos, imaginativos o incluso tumblrs. 
Me río de todos los ignorantes que desvarían sobre lo que somos etiquetándonos con semejantes adjetivos. Somos gente que no ha nacido en la época que  le corresponde, tal vez por una brecha en el tiempo, tal vez porque un día nos metimos en una máquina del tiempo y aquí estamos, sin recordar nada,  no tengo  demasiadas teorías para explicarlo. También pueden llamarnos soñadores apasionados por vivir una vida increíble sin necesitar verla a través de una pantalla o en las páginas de un libro. Esa es la definición que más me gusta. 

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