He vuelto.

A la tinta y al papel, porque no me perdono ni a mi misma haberlo dejado. Al café de las tres, a las noches antiguas y a la música lejana, a no necesitar a alguien al otro lado de la cama. A reír a carcajadas inundando habitaciones. A tener cuentas atrás para coger trenes, buses, barcos o aviones. A la copa del sábado por la noche y el té del domingo por la tarde, a ver atardeceres que arden  por la ventana. A huir yo sola, a ser más valiente. A coger kilos de más y que no me importe. A escuchar aquellas canciones olvidadas, a no necesitar a nadie. En fin que me he ido, y me he encontrado. Y eso es lo que importa.