lunes, 5 de febrero de 2018

Quién este libre de pecado, que tire la primera piedra.

Hace parcialmente poco una palabra, que ya existía desde hace años, ha llegado a la sociedad a golpe de cañón y en puño en mano. No os hagáis los tontos pues este termino está ahí a todas horas, en cada esquina, esperando a alcanzar de una vez la cumbre. ¿No os suena?. Se llama Feminismo. De acuerdo a la definición que nos proporciona la RAE: "Principios de igualdad de derechos entre la mujer y el hombre."  Eso es el feminismo una lucha de igualdades entre hombres y mujeres. O por lo menos eso es lo que intenta conseguir.
No vengo a reivindicar el papel de la mujer en los Goyas, porque ha sido desastroso. Vengo a hablar de nosotras. Las mujeres. Todas y cada una de nosotras que sufrimos día a día  las desavenencias de una injusticia poco a poco y gran esfuerzo  desactualizada con comentarios como "¿No es esa falda un poco corta?" o gestos como los gritos de los hombres al salir a la calle, por no hablar de otros actos que no tienen nombre de lo crueles que son.  Así es, somos unas grandes guerreras, que desgraciadamente luchamos en un mismo bando por esta igualdad ante el machismo pero que no concebimos entre nosotras mismas. Pues cuantas veces has usado la palabra "Puta" para referirte a alguien que no te cae exactamente bien o que ha intentado quitarte al chico que te gusta. Es así, yo misma he sufrido ese tipo de comentarios. No existe un respeto entre nosotras, porque entre nosotras hay bandos distintos. No vengáis a negarnoslo. He sido criticada hasta la saciedad por chicas a las que nos ha gustado el mismo chico, para que, luego esa chica intente copiar o adjudicarse algún rasgo tuyo. Qué ironía. He sido criticada por no ceñirme a los principios de la sociedad, por llamar más o menos la atención o por simplemente adelantarme a los hechos.No solo he sido víctima, yo también he criticado a gente.  Y esto me entristece mucho, pues en cada mujer hay un guerrera, hay unos hechos y hay unas metas que coinciden con otras muchas mujeres. En cada mujer hay valentía y fuerza. Ojalá comprendamos alguna vez, que para alcanzar esa igualdad por la que luchamos, para obtener ese respeto que tanto nos hace la boca agua o nos arranca un par de lágrimas, hay que respetarnos primero entre nosotras. Entonces, seremos imparables.  


No hay comentarios:

Publicar un comentario