Puedes hacer dos cosas: puedes entregarte a la pena y verte reflejada en el "¿Qué hubiera pasado sí?". Ella te recibirá como una antigua amiga, llenara tu vida de un sentimiento frío muy intenso; o puedes aprender de ello. Preguntarte por qué paso, en qué te ha ayudado esta experiencia, a dónde te lleva y qué quieres mejorar. Quizás te sirva para empujarte a cambiar o a descubrir algo de ti que todavía seguía intacto en el embalaje de tu alma. Al final el camino va a ser el mismo, te va a tocar continuar como nos ha tocado a todos. Sin embargo, tu puedes elegir entre el sabor amargo de la nostalgia o el sabor agridulce de lo que supone un territorio desconocido. Escalar una montaña y alcanzar la cima a pesar de las circunstancias. De ti depende llevar tus cicatrices como medalla o como una simple costra.
Yo la llevo como un galardón en forma de cruz en el pecho , y dice así: "Mira, aquí, quise mucho".
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