Mi error fue aferrarme a la puerta entornada por si decidías volver. Empecé a escribirte por si volvías. Así condicioné mi vida cuando se nos acabó la pólvora. Yo te sigo esperando con la luz de afuera encendida por si vuelves. Así visto lo visto, he continuado escribiéndote. Por si no vuelves, no me arrepiento ni un segundo de haberte entregado una parte de mi vida. Nadie ha sabido besarme como tu y aquella esquina ha quedado vetada para futuras historias. Por si no vuelves, no temas, no vas a morir en mi memoria. Nunca.
Pero ahora me toca continuar como las cosas que no tienen mucho sentido. Lo he dejado todo escrito los anhelos y las pasiones. Qué gracia tiene todo esto después del huracán. Hoy ha vuelto a llover y he vuelto a encontrarme con unas pocas cicatrices de más, pero he vuelto a sentirme mía.
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