(El estudio continua...)
martes, 22 de diciembre de 2015
Blue.
A veces tiene por costumbre llevar consigo todos sus secretos, afirma que no hay mejor lugar para guardarlos que consigo mismo. Prefiere escuchar antes de hablar. Creo que fue ese egocentrismo lo que hizo que ella observase con más detenimiento. Pues cuanto más se acercaba, y más rascaba esa capa de perfección, más se daba cuenta de lo parecidos que eran. No era egocentrismo, tampoco ganas de libertad, todo eso era una simple capa de pintura anual, como las que se hacen en casa de cara al verano. Él estaba tan roto como ella lo estaba, y desde entonces comenzó a elaborar una teoría. Quizás el dolor puede calmarse curando el dolor de otra persona o viceversa. Y así ella comenzó el estudio de sus ruinas, de cada una de sus curvas, de sus sonrisas amargas y de sus derrotas. Decidió llamar a este caso el hombre azul, porque jamás había visto a una persona con semejante armadura, que albergase tanto dolor contenido. Así pues, ambos habían amado y ambos habían perdido. Eran víctimas de una masacre cuyo título no podía pronunciarse, pues había sido eliminado de su vocabulario la tercera persona del singular.
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