miércoles, 6 de mayo de 2015

Y de pronto, en lo que dura el resplandor de una estrella fugaz en el cielo, te darás cuenta de que esconden verdaderamente sus ojos, que hay detrás de toda esa fachada, y tendrás su risa resonando en tu cabeza en modo replay. Será ese momento en el que el corazón se te encoja, y te quedes sin aliento. Al principio sentirás miedo, incluso frío, te sentirás débil a la intemperie, sin tener esos muros que durante tanto tiempo te han protegido. Verás el mundo desde otra perspectiva, quizás una que empieza con una vocal o consonante, y acabe de la misma la manera, se convertirá en ese lugar maravilloso y lo primero que se te venga cada mañana a la mente cuando tu alarma te despierte sea su sonrisa, quizás sus gestos o sus manías, y sonreirás. Por eso te aconsejo, que no tengas miedo a abrirle las puertas de tu vida, ¿Desde cuando sonríes cuando el despertador toca a las siete de la mañana un lunes?, por esa misma razón, por muchas más, te ruego que no dejes que el miedo te paralice y hagas que te escondas. Contemplar, y siente, deja que esa persona te llene y recomponga, porque no hay nada más bonito que alguien te abrace cuando duermes, pegue tus rotos, y bese tus descosidos. Ama antes de que las noches se conviertan en infiernos árticos, y su ausencia arda como si te fuesen a arrancar lo que quede de tu maltratada alma.

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