miércoles, 2 de noviembre de 2016

En ocasiones ciertas bocas ajenas me preguntan por ti. Es extraño porque primero quieren saber de ti y luego de mi, como si todavía siguiéramos encadenados el uno al otro cumpliendo alguna extraña ley gravitatoria. Pero no vengo a hablarte de lo que cuento de ti, ni del discurso monótono que les suelto como si de un funeral se tratara. Del " sí, estamos bien el uno sin el otro" pasando por un " no pudo ser" y condenando esta historia con " sí, ya vendrá alguien". Así que por favor, si alguna vez, alguien rompe tu silencio peguntandote como estoy calla y sonríe, quedándote lo mejor para ti, todos esos momentos que ahora son mis mas valiosos recuerdos. Si te preguntan por mi, intentan no darme un portazo, diles que te quise aunque tu no supieras quererme, tanto que creí que se me había perforado el alma. No quiero que les cuentes cuanto luche porque funcionara, ni todas las lágrimas que derrame en balde porque si algo he aprendido es que los remordimientos son tan solo lastres de nuestras espaldas. Así que diles que te quise como nunca lo había hecho, y que tuviste la suerte de ser el primero en marcarme por los cuatro costados. Como quién deja marcada las páginas favoritas de algún libro con el objetivo de sentir lo mismo la primera vez que lo leyó, ese tipo de marca.

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