sábado, 13 de febrero de 2016

Cian.

Alguien me comentó una vez que el ser humano tiende a olvidar lo malo para siempre recordar lo bueno, y es así como pasamos parte de nuestra insignificante vida rechazando todo lo que nos pueda hacer daño. Llenamos nuestra vida de pequeños recuerdos para que en algún momento nos vuelvan a recordar que en aquellos tiempos la vida valía la pena. Fue así como el hombre azul fue decidió capturar todos aquellos momentos y guardarlos en un sitio en el que solo él tiene acceso, no sabría como definir aquel proceso, pero puedo verle capturar la tarde en el que el corazón se le desprendió al encontrar a uno de los amores que más marcarían su vida, o la primera vez que vio el mar. Puedes sentir como absorbe la vitalidad del momento y los colecciona. Muchas veces he envidado esa capacidad suya de hacer el pasado duradero y un poco más dulce. Aunque a veces sus vicios traigan a todos  de cabeza o tenga problemas de desenfoque capturando esos recuerdos. Pero qué era la vida sin riesgo o al menos eso era lo qué él solía decir.

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